30 de junio de 2010

la reconciliación

Hizo posible la reconciliación

La desobediencia de Adán produjo impactos transcendentales en toda la raza humana. La armonía y la comunión con Dios se deterioraron, porque Adán violó el pacto determinado por el Señor. Las facultades del ser humano fueron permeadas e inclinadas continuamente hacia el mal, por tal motivo, el ser humano se constituyó en enemigo de Dios (destituido de su gloria Rm.3.23), y en consecuencia, merecedor de la expresión de su ira(Ef.2.3). Además, el hombre quedo totalmente depravado, en otras palabras, incapacitado para hacer el bien, Edwin Palmer lo dice de esta manera: “el hombre natural nunca puede hacer ningún bien que pueda ser fundamentalmente agradable a Dios, y, de hecho, hace siempre el mal” . Entonces, amigos, esta es la condición miserable, en la que se encuentra el hombre, desprovisto de toda capacidad para hacer el bien, e inhabilitado para poder dirigirse libremente ante el creador para lograr la reconstrucción de lo que se perdió en Edén. Por tal razón, el ser humano es un enemigo de Dios.
Es lamentable el estado del hombre, se hizo un esclavo obediente del mal y lo peor de todo, es que no tiene la más mínima posibilidad de ser libre por su propia fuerza, está muerto en (delitos y pecados), y no moribundo como decía Jacobo Arminio. El hombre, no desea acercarse a Dios, no puede, por el contrario, la inclinación natural es a desobedecerle siempre y alejarse, cada instante, de él. El panorama no es nada alentador, pero es el diagnostico bíblico de la situación del hombre, la radiografía que devela el gran problema en el que se encuentra el ser humano.
Lo anterior, evidentemente genera una inquietud ¿cómo se hace posible que el ser humano se reconcilie con Dios si no puede ni lo desea? Yo creo, que la respuesta está en una expresión que el apóstol pablo dijo: “Porque si Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su hijo… (Rm.5.10)”pues bien, el Eterno mismo fue el que hizo posible el reconcilio, ¡qué bueno es nuestro Dios! él nos buscó, nos convenció de nuestra situación pecaminosa, y nos dio vida cuando estábamos muertos.
Nuestro Dios ha provisto todo lo necesario para que el hombre pueda nuevamente restablecer la comunión con él, es decir, el eterno tomó la iniciativa libre y determinada de proporcionar los elementos pertinentes para que el hombre dejara su enemistad con él. La justicia de nuestro Dios tenía que ser satisfecha y el pecado del hombre tenía que ser juzgado, pero el hombre no puede cumplir con tales exigencias, debido a su condición, entonces, Dios mismo asumió los requerimientos en Cristo Jesús y de esta manera lograr la paz del hombre con Dios; la escritura dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2Cor 5.19) somos reconciliados en Cristo el señor, alabanzas sean dadas a Dios.

29 de junio de 2010

Hacia una comprensión de la apostasía

Estoy convencido, que la iglesia de Jesucristo en estos últimos tiempos, está viviendo una de sus peores crisis. La situación actual de la iglesia está marcada por el aumento significativo de muchos, que se distancian de la verdad del evangelio, verdad expuesta por nuestro señor Jesucristo. Hoy, existe la tendencia a cambiar el mensaje verdadero por historias fantasiosas, de algunos, que con astucia y palabras sugestionadoras, logran atraer, un número considerable de incautos. La desfiguración del mensaje de Dios ha intentado seducir con vehemencia las almas, que sin un fundamento sólido, terminan atrapadas en la red del engaño y falsedad. Ahora bien, no debe ser motivo de extrañes o sorpresa dicho fenómeno, porque el Señor mismo en algunas ocasiones habló por anticipado de esto y también sus apóstoles: “pero el espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1Tm.4:1).Entonces, es obvio, que nos encontramos en los postreros tiempos anunciados de antemano por el Señor, en los cuales, la fe, entendida aquí como el conjunto conformado de verdades, principios, doctrinas, promesas que él nos dejó, no solo ha sido dejada, sino también distorsionada y remplazada por nuevos pensamientos producto de la influencia demoniaca.
Entonces, es evidente que el panorama situacional percibido en estos tiempos, no es más, que el cumplimento profético, ante nuestros ojos, del eterno consejo de Dios. Pues bien, la apostasía1 forma parte inherente del plan del Señor; relacionada estrechamente con el advenimiento como lo expresa Pablo en una de sus cartas: “nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía…” (2 tes.2:3) aquí observamos que el Señor la presenta como indicadora previa a su segunda venida. Señal indubitable que nuestro Dios está cerca para ser glorificado en los santos.
La apostasía, establecida cronológicamente en el reloj profético, manifiesta de manera certera quienes no pertenecen al pueblo de Dios. El escritor bíblico lo expresa de esta manera: “salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron de nosotros para que se manifiesten que no todos son de nosotros” (1Jn.2:19). El que se extravía de la fe, el que se deja seducir por fabulas, el que aparta el oído de la verdad para seguir la mentira, es porque probablemente no sea uno de los escogidos.
Por otra parte, aunque tal situación forme parte del plan eterno de Dios, y que de alguna manera el ejerce su control perfecto; La iglesia tiene la responsabilidad de asumir su rol como instrumento de Dios en medio de esta coyuntura, para mantener con firmeza la pureza de la fe; En consecuencia, recomiendo unos elementos que creo esenciales para tal fin.
Primero, el liderazgo debe estar enteramente capacitado para exponer la palabra de Dios correctamente a la grey. Pablo le dice a Timoteo de que sea un: “…obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza correctamente la palabra de verdad”2 (2Tm.2:15) el apóstol, anima a Timoteo a hacer un uso adecuado de las santas palabras de Dios, porque esto, en cierta medida permite una presentación pura de la verdad de el Señor. Por tal razón no se debe adulterar el mensaje sino trasmitirlo con integridad (2Cor.4:2). Para esto es indispensable, que los que presiden, estén entrenados en las reglas mínimas de interpretación y orientación del espíritu, para la clara exposición de la palabra.
En la actualidad el liderazgo de las iglesias está sumergido en un uso incorrecto de la palabra, debido a que, la presentación de ella, en su gran mayoría, está basada en la fantasía y los mitos (generados por las concupiscencias) y no en la palabra de Dios; sin embargo, ellos aseveran que lo que expresan tiene base bíblica, porque utilizan un cumulo de textos bíblicos muy bien seleccionados y que logran asociar milagrosamente para respaldar lo que piensan; Pero lo cierto, es que la selección y agrupación de los textos se realiza sin el más mínimo escrúpulo cercenando de esta manera el contexto de cada uno de ellos, en palabras de Darío Silva: “ sacan los textos fuera de contexto como pretexto” para decir lo que quieren . El buen uso de la escritura no se reduce a sumar textos bíblicos a nuestro antojo para que fundamenten lo que decimos, sino más bien, corresponde al descubrimiento por la investigación exegética y dirección del santo espíritu, del pensamiento de Dios para luego exponerlo. Los ministros del señor no pueden pasar por alto el contexto, debido a que, la palabra escrita fue elaborada dentro de unas circunstancias muy particulares que si lo soslayamos carecería de toda significancia.
Segundo, una vez capacitado el liderazgo en el uso debido de la escritura, se debe hacer una constante insistencia hacia la proclamación de la palabra; promover el estudio de la palabra de Dios con disciplina; realizar las amonestaciones necesarias para la integridad de la fe y más, en estos tiempos, cuando la doctrina no es sana; Pablo expresó a Timoteo: “Predica3 la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos.” (2Tm.4:2). El cumplimiento fiel del liderazgo en las funciones dejadas por el señor, es para que los santos no sean niños fluctuantes, zarandeados por las olas, llevados a la deriva por todo viento de doctrina, por la astucia de hombres que emplean con maestría las artimañas del error(Ef.4:14).

Por último, la iglesia en su totalidad debe estar en una actitud de lucha constante por la fe que nos fue dada por nuestro señor. Judas dice: “...que contendáis ardientemente4 por la fe una vez dada a los santos” (Jud.1:3).la defensa de la fe debe ser tema preponderante en las enseñanzas bíblicas.
La fe es el tesoro más grande que nos ha dejado el Señor y debemos combatir hasta la muerte si es posible por conservarla. Toda intención por deteriorarla, dañarla y distorsionarla, tiene que ser motivo de nuestro accionar para no permitir la destrucción de la fe.







1.a) De acuerdo con el Diccionario Expositivo Vine: apostatar; afistemi (afisthmi) cuando se usa intransitivamente significa mantenerse apartado. b) Apostasía (apostasía ) significa el abandono de la fe. (Probablemente, la expresión de Jesús, en Lucas 18:8 - “….cuando venga el hijo del hombre, ¿hallara fe en la tierra?” - Este haciendo alusión a el fenómeno que él encontrará en su venida; la apostasía)
2.La palabra que utiliza Pablo aquí para, trazar correctamente, en el griego, es orzotomeo; significa según el Diccionario de Vine: literalmente cortar recto. Lo que se significa aquí no es la separación de unos pasajes de la escritura de otros, sino la enseñanza de la escritura de manera precisa.


3.Los verbos están en imperativo
4.Epagonozomai (epagonizomai): significa contender acerca de una cosa, como combatiente (epi, sobre acerca de, intensivo; agon, contención, combate), contender intensamente.la palabra [ardientemente] en la traducción se añade para dar el sentido intensivo de la preposición. Vine/Diccionario Expositivo
La restauración

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tu también seas tentado” (Gl.6:1)
Este pasaje de la escritura describe de manera diáfana, la orientación que nuestro Dios desea que tengamos para la restauración de un hermano en la fe.
Es interesante notar, que la responsabilidad de la restauración recae exclusivamente sobre una categorización, de un grupo de creyentes, que la escritura denomina “espirituales”; son ellos, los que deben realizar la tarea.
Dios es demasiado sabio; no me imagino a un creyente carnal tratando de restaurar a un hermano, tiene que ser un desastre, debería él buscar ayuda primero y permitir que otros puedan contribuir en su desarrollo espiritual, para posteriormente poder colaborar en la restauración del hermano. Por tal motivo, es que el Señor se enfoca en los que tienen cierta madures en la congregación, pues pueden dar una mejor ayuda a los que han sucumbido en los brazos del pecado.
La restauración debe proporcionarse a aquel que ha sido sorprendido en alguna falta. Existen muchos, que a leer este pasaje, les viene a la mente el hermano que ha sido pillado infraganti en algún pecado, es decir, aquel que es encontrado en el mismo acto del error, como la historia “seudobiblica” de la mujer adultera, que narra el suceso de unos fariseos que llevaron a Jesús, a una mujer, porque había sido descubierta en adulterio; mas el enfoque que hace la escritura no es esencialmente ese, el diccionario Vine acerca de este asunto expresa lo siguiente: “el significado no es detectar a la persona en el acto mismo ,sino que esta persona sea sorprendida por el pecado ,al no estar vigilante”(pag.64) pues bien ,la escritura enfatiza es en el carácter sorpresivo del pecado sobre el creyente ,que en cualquier momento puede ser tomado sin advertencia y no en la premeditación con que muchos incurren en las faltas.
El verbo griego Prolambano( προλημφθη) que se traduce por “que fuere sorprendido” conjugado en la voz pasiva y concordante sintaxicamente con la palabra falta, paraptoma(παραπτωματι), respalda la idea de que el creyente no es sorprendido por los hermanos, sino por el pecado.
No es una opción el restaurar al hermano caído, sino un mandato del señor, así lo deja ver la forma como se expresa el verbo en el griego( es un imperativo dado a los espirituales) , y traducido al español de igual manera, restaurad; el verbo presenta la idea de la reconstrucción, remiendo de una red de pescar para que pueda seguir con su funcionalidad, pero también, expresa la idea de un reajuste a un miembro dislocado, siendo el tal, el creyente que ha incurrido en una falta; se debe tener paciencia y mansedumbre para celestial tarea; además, se debe tener cuidado porque podría ser tentados y también ser sorprendidos por el pecado aquellos involucrados en el proceso de restauración. Los espirituales tenemos la responsabilidad de restaurar a los caídos ¿Estamos cumpliendo con ese mandato del señor? ¿Estamos restaurando a los sorprendidos por una falta?